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TOLHUIN: EL SILENCIO SE PAGA CARO Y LA PAUTA COMPRA MÁS QUE PUBLICIDAD… COMPRA CONCIENCIAS

Por Leonardo Di Benedetto – Periodista. Director de Pueblo Chico Noticias.

TOLHUIN, 30 DE JUNIO 2025.- Hay preguntas que duelen más por lo que revelan que por lo que buscan. ¿Por qué casi nadie cuenta lo que realmente pasa en Tolhuin? ¿Por qué hay medios que no dicen ni una palabra sobre los vecinos que están siendo despojados de sus tierras? ¿Dónde están los titulares hablando de violaciones a los derechos constitucionales y humanos?
La respuesta es tan incómoda como real: el silencio se compra.

La pauta oficial, bien usada, es una herramienta legítima. Sostiene sueldos, financia medios, garantiza que la información circule, pero cuando esa pauta se transforma en mordaza, deja de ser una política pública y pasa a ser un mecanismo de censura.
Y eso —en Tolhuin y en muchos rincones de la Argentina— ya no es teoría, es rutina.

Hay contratos de $2.400.000, $2.700.000, $3.000.000 y hasta $3.600.000 por semestre para algunos medios. ¿A cambio de qué? ¿De no hablar? ¿De callar cuando echan a una familia de su tierra? ¿De hacer silencio cuando la justicia investiga, pero los micrófonos no aparecen?

Porque esa es la otra cara de la pauta: cuando se usa para comprar la línea editorial, para domesticar al periodismo, para neutralizar las voces que podrían incomodar al poder de turno.

Yo también sé lo que cuesta sostener un medio, y sí, a veces hay que remar en dulce de leche para pagar una factura, un equipo o una cobertura; pero nunca puede valer más un contrato que la verdad, nunca se puede entregar la dignidad por una transferencia bancaria.

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No se trata de quién tiene o no tiene pauta. Se trata de quién decide callar lo que duele, lo que arde, lo que molesta, porque eso también es complicidad. Y esa complicidad hace que hoy haya familias en Tolhuin que pierden lo suyo sin que nadie los escuche.

Informar no es un favor, es un deber.
Y cuando un medio deja de contar lo que pasa para cuidar sus vínculos con el poder, deja de ser un medio y se convierte en un instrumento del silencio.

 Mi compromiso no está con quienes manejan cajas negras, ni con los que negocian el silencio desde una oficina, mi compromiso está con la vecina que llora en silencio por un terreno que fue suyo y que ahora está alambrado, con el abuelo que no entiende por qué lo desalojan, con el pibe que graba un video porque nadie le da un micrófono.

Porque eso también es Tolhuin. Porque no todo entra en los partes de prensa del Municipio ni en los portales amigos.

Y si incomoda, mejor. Porque el periodismo que no incomoda, es propaganda.

La pauta puede pagar facturas, pero no puede comprar mi conciencia. Ni mi silencio, ni mi dignidad.


Y mientras otros eligen facturar en silencio, yo elijo seguir informando, aunque moleste, aunque duela, aunque me quieran callar.

Porque callar es traicionar, y eso, yo no lo negocio.

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