Otro gigante que se va, otra señal de alarma que el Gobierno Nacional prefiere ignorar.
BUENOS AIRES, SABADO 12 DE JULIO 2025.- Carrefour, la multinacional francesa que operó durante más de cuatro décadas en la Argentina, confirmó su salida definitiva del país, empujada por la falta de rentabilidad, el desplome del consumo y un mercado que ya no resiste; la decisión deja en vilo a más de 17 mil trabajadores y golpea de lleno al tejido económico argentino.
La cadena, que supo tener más de 600 locales en todo el país, entra en proceso de venta. Las razones son tan claras como preocupantes: la Argentina ya no garantiza las condiciones mínimas para que una empresa de estas dimensiones funcione. Y no es por exceso de regulaciones: es por falta de consumo, por pobreza creciente y por un modelo que expulsa en lugar de contener.
“El país quedó chico para una estructura tan grande como Carrefour”, resumió la periodista Silvia Naishtat. No por falta de territorio, sino por “una economía estrangulada y una política que solo apuesta al mercado, aunque el mercado ya no esté”.
Los economistas señalan un combo fatal: poder adquisitivo por el piso, más del 30% de pobreza, inflación sostenida y una clase media quebrada. La flexibilización de restricciones no alcanzó: las empresas no quieren libertad para irse, quieren certezas para quedarse. Y hoy no hay ninguna.
El gobierno de Javier Milei no solo no frenó este proceso: lo está acelerando. Con su modelo de ajuste brutal, destruyó lo poco que quedaba de consumo interno, empujando a muchas firmas —nacionales y extranjeras— a abandonar el país. No es casual: mientras el Presidente viaja por el mundo y tuitea desde Europa, las persianas bajan en Argentina. Y detrás de cada persiana, hay familias enteras que quedan a la intemperie.
Aún no se sabe quién absorberá los locales, ni qué pasará con las fuentes de trabajo ni con los proveedores. Pero lo cierto es que Carrefour se va, y lo hace como tantos otros: por la puerta de atrás, en silencio, empujado por un modelo que vacía el país y lo reduce a cenizas.