29 DE NOVIEMBRE 2024.- Un informe reciente, elaborado a partir de los resultados de las pruebas educativas realizadas en las 24 jurisdicciones del país, pone en evidencia una crisis en el sistema de enseñanza. Estas evaluaciones, que involucraron a más de 600.000 estudiantes de nivel primario y secundario, revelaron que cerca del 50% de los alumnos de primaria no alcanzan los conocimientos mínimos esperados.
En el nivel secundario, los resultados son aún más preocupantes: ocho de cada diez estudiantes no logran los saberes básicos en Matemática, la asignatura con los peores desempeños a nivel nacional. Este diagnóstico incluye estudiantes de 3°, 4° y 6° grado de primaria y de 2°/3° y 5°/6° año de secundaria, abarcando tanto provincias como la Ciudad de Buenos Aires.
Estos datos exigen repensar las estrategias educativas actuales, que parecen haber quedado obsoletas frente a los desafíos de las nuevas tecnologías y los cambios en las dinámicas de aprendizaje. Los métodos tradicionales de enseñanza ya no son suficientes para responder a las necesidades de un mundo que evoluciona rápidamente.
Es hora de escuchar a los chicos, reconocer sus voces y adaptar el sistema educativo a su realidad. Es imprescindible implementar un cambio que incorpore herramientas tecnológicas, fomente el pensamiento crítico y permita a los estudiantes ser protagonistas de su propio aprendizaje.
Los niños y jóvenes merecen una educación que no solo les brinde conocimientos, sino también las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos del futuro. Por otro lado, no se puede dejar de visibilizar las situaciones que enfrentan muchas infancias y adolescencias, que no son atendidas por ningún sector, quedando expuestas a múltiples vulnerabilidades emocionales, afectivas, físicas y alimentarias. Es imperativo impulsar un cambio de paradigma urgente que priorice su protección integral y garantice sus derechos.
Actuar ahora es clave para garantizarles un sistema inclusivo, moderno y transformador.