SOCIALES, 6 DE MARZO 2025.-
Por Patricia Granado
En Argentina, la desaparición de niños y niñas ha dejado una herida abierta en la sociedad. Casos como los de Sofía Herrera, Guadalupe Belén Lucero, Loan Danilo Peña y otros más recientes, como el del niño Lian, han evidenciado fallas en el sistema judicial y la falta de respuestas concretas.
La situación es alarmante. Familias enteras siguen clamando justicia, mientras las investigaciones parecen avanzar en círculos sin resultados claros. El caso de Loan, por ejemplo, involucró a fuerzas federales, fiscales especializados en trata de personas y un despliegue de tecnología de última generación. A pesar de esto, aún no hay certezas sobre qué pasó con el niño.
La jueza federal Cristina Pozzer Penzo, a cargo del caso, declaró en un medio radial: «Puedo garantizar los medios, pero no los resultados». Esta afirmación pone en evidencia las falencias estructurales del sistema judicial, que no solo no satisfacen las necesidades de los ciudadanos, sino que deja en manos de la incertidumbre el destino de estos niños.
Uno de los puntos más preocupantes es la posible injerencia de poderes políticos y organizaciones criminales en las decisiones judiciales. En muchas provincias del norte argentino, la independencia del Poder Judicial está en duda, ya que se encuentra condicionada por intereses externos.
El caso de la niña Cielo es otro ejemplo de una vulneración evidente de derechos. Según testimonios y videos que se viralizaron la niña, fue separada por la fuerza de los brazos de su madre biológica y de su hermanita de tres años, bajo una decisión judicial que no tuvo en cuenta las denuncias previas de abuso en el entorno en el que fue alojada.
Por su parte, un ciudadano común con inmensas convicciones en la protección de derechos de NNYA ,por otro un equipo de periodistas de investigación y defensores de las infancias, siguen adelante en la búsqueda de la verdad.
En el caso de Sofía Herrera, las preguntas se multiplican: ¿existen vínculos con la desaparición de Loan Danilo Peña? ¿Se puede confiar en el resultado del análisis de ADN de la niña B? La falta de respuestas solo refuerza la necesidad de seguir investigando.
Ciudadanos comprometidos continúan exigiendo transparencia, investigación sólida y que el Estado asuma su responsabilidad en estos casos. No puede haber crimen perfecto, pero sí puede haber investigaciones mal dirigidas o realizadas.
Es hora de que estas historias sean visibilizadas y que la sociedad tome consciencia de que aquello que se encuentra en riesgo es el futuro y la integridad de nuestras infancias. «Puedo garantizar los medios, pero no el resultado». Esta afirmación pone en evidencia las falencias estructurales del sistema judicial, que no solo no satisface las necesidades de los ciudadanos, sino que deja en manos de la incertidumbre el destino de estos niños y niñas.
Ante esta realidad, surgen interrogantes: ¿Cuántos otros niños han sido arrancados de sus familias en circunstancias dudosas? ¿Es posible confiar en un sistema judicial que no brinda respuestas?
Todos aquellos que nos involucramos activamente en estos casos seguimos en la búsqueda de la verdad. Debemos involucrarnos en proteger a los niños y niñas de nuestra Nación, ya que aquellos que deberían garantizarlo no cumplen con hacerlo efectivo.
#ConLosChicosNo#conlosniñosnotemetas
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