Un hecho violento que no fue casual.
TOLHUIN, MARTES 8 DE JULIO 2025.- En Tolhuin, el clima político se volvió espeso. Los gestos, las miradas torcidas y los silencios cargados dejaron de ser señales sueltas para transformarse en un escenario de confrontación abierta. La imagen del intendente Daniel Harrington visiblemente molesto durante el acto por el Día de la Provincia, en presencia del gobernador Gustavo Melella, marcó un antes y un después. Desde entonces, cada señal del oficialismo local parece destinada a tensar la cuerda.
Ese proceso encontró su punto más oscuro en los últimos días, cuando Patricio Chacón, pareja de la concejal Florencia Auat (del Partido FORJA), irrumpió violentamente cuando la parlamentaria Gisella Dos Santos hacía uso de su ejercicio democrático.
No fue un vecino indignado :pareciera la obra de un operador político que entró a los gritos, rompiendo toda regla de convivencia democrática, mientras desde otro sector, Gabriel Miranda arrojaba vasos de agua sobre la legisladora.
Nos deja pensando, nos da la sensación, de que nada fue espontáneo, nada accidental. La escena si de una obra se tratara; pareciera; montada, grabada y ejecutada tendría un objetivo claro: desestabilizar, intimidar, provocar. La presencia en el lugar de militantes ligados directamente al entorno de Harrington no hizo más que reforzar la sospecha de que lo ocurrido fue más que un exabrupto.
Y, sin embargo, la reacción fue otra. Lejos de responder con la misma moneda,de la otra vereda eligió el respeto institucional. En un contexto de crisis energética, con vecinos reclamando soluciones, algunos prefieren montar shows de agresión el motivo para tapar su propia falta de gestión.
El vecino común espera respuestas, no espectáculos. Mientras algunos agitan el caos, otros siguen apostando al trabajo y la gestión. La diferencia ya está a la vista.
