POLITICA, DOMINGO 17 DE AGOSTO 2025.-
En un anuncio hecho a último minuto, el secretario de Gobierno de Río Grande, Gastón Díaz, fue oficializado como candidato a senador nacional por el frente “Defendamos Tierra del Fuego”. Lo que se intenta vender como un armado de “unidad provincial” es, en realidad, un acuerdo entre Martín Pérez y Daniel Harrington para salvar sus propios espacios de poder y darle oxígeno político a un funcionario sin peso propio.
Martín Pérez, intendente de Río Grande, se muestra como conductor del frente mientras la ciudad, los barrios siguen postergados, las calles se deterioran y la inseguridad crece, su gestión se volvió burocrática y distante, pero él insiste en proyectarse como líder provincial.
Daniel Harrington, en Tolhuin, tampoco tiene mucho para mostrar: un municipio paralizado, sin planificación, entregando espacios al sector privado y con una política que excluye a los vecinos; lejos de consolidar un modelo de desarrollo, su administración terminó siendo una gestión opaca y cerrada, más pendiente de acomodar aliados que de transformar la ciudad.
En ese esquema aparece Gastón Díaz, que hasta ayer fue un segundo en la estructura municipal de Pérez, y hoy pretende sentarse en el Senado como representante de Tierra del Fuego. ¿Qué hizo Díaz por Río Grande en todos estos años? ¿Cuál es su propuesta real para la provincia? Más allá de los cargos que ocupó, su carrera política se explica únicamente por estar a la sombra de otros. Ahora lo reciclan como “senador”, en un intento desesperado por retener poder en un contexto adverso.
El frente se llama “Defendamos Tierra del Fuego”, pero la contradicción es evidente: ni Pérez, ni Harrington, ni Díaz han defendido los intereses fueguinos en serio. Mientras hablan de unidad, lo único que los une es la necesidad de seguir viviendo de la política sin ofrecer soluciones a los problemas concretos de la gente.
La elección del 26 de octubre definirá tres bancas en el Senado y dos en Diputados. Pero, más allá de las boletas, lo que está en juego es otra cosa: si Tierra del Fuego seguirá siendo rehén de dirigentes que se reciclan entre ellos o si los vecinos dirán basta a este modelo agotado de mezquindades personales disfrazadas de “proyecto provincial”.