27.3 C
Tivoli
2.9 C
Río Grande

CELULARES FUERA DEL AULA: ¿EDUCACIÓN O DISCIPLINAMIENTO ENCUBIERTO?

NACIONALES, 24 DE JULIO DE 2025 – Con el reinicio de clases, las provincias de Salta y Neuquén pusieron en marcha nuevas leyes que restringen el uso de celulares y dispositivos digitales en las escuelas. La medida fue presentada como un avance pedagógico, pero abre un debate profundo sobre el rol del Estado, los límites de la escuela y el tipo de ciudadanía que se quiere formar.

Ambas normativas se apoyan en argumentos vinculados al rendimiento académico, la salud mental y la “concentración”, pero pocas voces se atreven a cuestionar los riesgos que implica esta avanzada sobre la autonomía de los estudiantes.

De la tecnología al control: un giro silencioso

En Neuquén, la Ley 3.520 impone la prohibición total del uso de celulares en los niveles inicial y primario, incluso durante los recreos. Solo se permite su uso si hay una autorización expresa, dentro de un proyecto pedagógico. En secundaria, la decisión queda en manos del docente. Lo mismo ocurre en Salta, con la Ley 8.474, donde incluso se requiere aval familiar en algunos casos.

La pregunta es inevitable: ¿Proteger o controlar? ¿Educar o vigilar?

¿Educación sin tecnología o sin pensamiento crítico?

Que haya menos distracciones puede sonar bien. Pero también hay un riesgo: construir una escuela sin dispositivos es, hoy, construir una escuela sin herramientas del presente.

¿Qué pasa con el acceso igualitario a la tecnología? ¿Qué lugar tienen las nuevas alfabetizaciones? ¿Se está formando ciudadanía digital o simplemente se está sacando el problema de vista?

Hay un doble discurso instalado: se pide innovación, pero se impone silencio. Se habla de educación del siglo XXI, pero se recurre a métodos del siglo pasado. El resultado: una escuela domesticada, sin conexión con lo que pasa afuera, y con estudiantes reducidos al rol de oyentes obedientes.

Lee  Patricia Bullrich termina su conversión y se afilia a La Libertad Avanza

¿Y si el problema no era el celular?

No se discute que las redes pueden ser adictivas, o que las notificaciones rompen el ritmo del aula. Pero la raíz del problema no es el celular en sí. Es la falta de sentido, la rigidez de los métodos, la desconexión entre escuela y realidad.

Sacar el celular sin transformar el modelo educativo es como tapar el sol con una cartulina.

Derechos, límites y pedagogía

Por supuesto que se necesitan reglas. Pero también se necesita una escuela que no le tema a los cambios, que discuta con sus estudiantes y no solo les imponga normas. Que enseñe a usar la tecnología con criterio y no que simule que no existe.

Porque en definitiva, el desafío no es apagar celulares.
El desafío es encender el pensamiento.

Te puede interesar