Los comercios y fábricas permanecerían cerrados por el lapso mencionado, mientras que los supermercados sí podrán trabajar de manera normal.
Estas medidas, que los riograndenses supieron sufrir durante el comienzo de la pandemia, se deben al rebrote de los casos positivos en Río Grande, y forman parte de la estrategia de Melella. Las restricciones parecen ser la única salvación para el Gobernador.
Es de esperar que la medida despierte el rechazo de los comerciantes que verán caer sus ventas una vez más.
Río Grande había pasado más de 100 días sin casos y “esta vuelta atrás” es un hecho que podría haberse evitado con medidas de prevención que, claramente, se tomaron tarde.
Nuestra ciudad cuenta hoy con más de 300 casos activos y, lamentablemente, dos fallecidos. Lo sucedido, deja a las claras que esta cuarentena tendría que haberse puesto en marcha cuando se dieron a conocer los primeros casos, para evitar esta compleja situación.