Noticia por Leonardo Di Benedetto
Río Grande, 31 de enero de 2025 – Mientras la ciudad enfrenta una compleja situación económica, el Concejo Deliberante de Río Grande aprobó la creación de nuevos cargos dentro de su estructura. A través del Decreto 07/2025, se designaron los puestos de Subsecretario de Presidencia y Subsecretario de Bloque, lo que generó cuestionamientos en medio de un contexto de ajuste y dificultades financieras.
La medida ha sido recibida con fuertes críticas por parte de la ciudadanía y sectores de la oposición, quienes consideran que responde más a intereses políticos que a una verdadera necesidad legislativa. En una ciudad donde el desempleo y la inflación golpean con dureza, la ampliación del organigrama legislativo reabre el debate sobre el uso de los recursos públicos y las prioridades en la administración local.
La creciente disconformidad con la conducción del Concejo
Uno de los puntos más sensibles del reclamo ciudadano es la permanencia de la actual presidenta del Concejo Deliberante. Desde distintos sectores de la sociedad, se cuestiona su liderazgo y la falta de gestión en beneficio de la comunidad. Según reclaman los vecinos de Río Grande, su mandato se ha caracterizado por el favoritismo, la falta de transparencia y decisiones que parecen responder más a intereses personales que a las necesidades reales del pueblo.
A esto se suma el silencio y la inacción de los concejales, quienes tienen en sus manos la posibilidad de impulsar un cambio en la conducción del cuerpo legislativo, pero han optado por ignorar el malestar social. La pregunta es inevitable: ¿por qué los representantes del pueblo no escuchan el reclamo ciudadano y promueven una renovación en la presidencia del Concejo?
¿Cuáles son los verdaderos objetivos detrás de la creación de estos puestos?
Desde el Concejo argumentan que estos nuevos cargos son fundamentales para mejorar la gestión legislativa y optimizar el trabajo interno. Sin embargo, la comunidad se pregunta: ¿por qué se amplía la estructura del Concejo mientras muchas familias luchan por llegar a fin de mes? ¿Qué funciones específicas tendrán estos nuevos puestos y en qué beneficiarán realmente a la ciudadanía?
Además, crece la indignación por la falta de controles sobre la precarización laboral en la Municipalidad. Desde hace más de una década, muchos trabajadores municipales continúan con contratos basura, sin estabilidad ni derechos laborales, mientras los discursos oficiales hablan de inclusión e igualdad.
¿Quién supervisa el manejo de los recursos públicos?
El malestar social se intensifica con la percepción de nepotismo y privilegios dentro del Concejo. Muchos vecinos cuestionan por qué se sigue llamando «Honorable Concejo Deliberante» a un órgano cuya presidenta –según reclaman los vecinos de Río Grande– ha trabajado en favor de sus propios intereses más que en los de la comunidad.
Mientras tanto, el hambre y la necesidad siguen siendo el verdadero problema que el Estado debería priorizar. La ciudadanía ya no solo exige explicaciones, sino acciones concretas. Si los concejales realmente representan a los riograndenses, ¿por qué no impulsan un cambio en la conducción del Concejo? ¿Hasta cuándo seguirán ignorando el descontento popular?
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